¡Una viejita intacta!

Íbamos subiendo por paseo Prat, cercanos al Ripley, cuando de pronto se oyen unos perros ladrando. Al girar la vista ahí estaba, él y su mini. Los perros como siempre metiéndole ladridos a todas las ruedas que pillan. Pero ¡Madre mía! Qué importaban los perros... Nos faltaba una cámara de verdad y de momento sólo pudimos con un celular -algo es algo-.

Señores, eso que ven ahí es vieja escuela: pintura original, óxido de años, llantas originales, sillín de la época...

Créditos al Seba por la foto.

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